martes, 25 de septiembre de 2012

Taller de energía vital

Hola a tod@s, esta semana os hago partícipes de un taller de psicología que, desde mi punto de vista, es de gran utilidad.
En él podemos aprender a utilizar mejor nuestra mente para mejorar nuestra vida, para mejorar nuestras relaciones con los demás, superar nuestros miedos, avanzar en nuestras metas.
 
El taller está "Basado íntegramente en ejercicios prácticos de CONTROL MENTAL PARA EL ÉXITO a través del HEMISFERIO DERECHO y la MENTE SUBCONSCIENTE."
 
Esta impartido por la psicóloga "Mayte Pascual",  quien cuenta con una gran experiencia en este área, y cuyo libro "“CONTROL MENTAL: EL NÚCLEO DEL ÉXITO”
" se regalará a los participantes.
Os dejo un enlace para ver más detalles del taller, espero que os guste.
 
 

lunes, 17 de septiembre de 2012

Adaptarse II - pérdida de seres queridos


Hola a tod@s, el tema de hoy es la continuación de la entrada de la  semana pasada. Es un tema delicado y he intentado tratarlo con delicadeza y optimismo. Espero que os guste.



La adaptación por la pérdida de un ser querido es compleja. El tiempo requerido y la dificultad dependerá de varios factores:

- Nivel de cercanía de la persona perdida
- Tiempo que se dedicaba o se compartía con esa persona
- Capacidad de la persona para solucionar problemas
- Autoimagen de la propia persona, pensamientos positivos y negativos
- Sentimientos de culpa
- Capacidad de la persona para realizar actividades que la hagan sentir bien
- ganas de superar la pérdida


EL DUELO
Cuando se pierde a un ser querido se pasa inmediatamente a un período de duelo.

Este tiempo es necesario y no hay que intentar  saltárselo ni minimizarlo.
El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a una muerte o una pérdida.

Las personas que están de duelo pueden experimentar los siguientes cambios:
  - Sienten emociones fuertes, como la tristeza y la ira
  - Tienen reacciones físicas, como falta de sueño o sensación de náusea
  - Tienen reacciones espirituales frente a la muerte. Por ejemplo, algunas personas se cuestionan sus creencias y se sienten muy decepcionadas de su religión mientras que otras descubren que su fe es más fuerte que nunca

El duelo no siempre se relaciona con la muerte.
Existen muchos tipos de pérdidas y no todas tienen que ver con la muerte. Una persona también puede hacer duelo tras la ruptura de una relación íntima o después de que un familiar se vaya a vivir fuera de casa o fuera de la ciudad.


El período de duelo es  un período necesario, hay que pasarlo para luego ir poco a poco recuperándose, no evites llorar si te apetece, no evites hablar del ser querido, expresar tus temores, tus sentimientos de culpa, tus pensamientos negativos… Tampoco pasa nada si durante un tiempo no quieres salir de casa o no te apetece hacer nada. El abatimiento y la apatía son normales en la primera etapa.
El período de  duelo puede tener una duración variable dependiendo de cada caso. Lo más duro es el primer año ya que en él hay que  vivir por primera vez todos  los acontecimientos anuales  sin el ser querido. Después de este tiempo lo normal es empezar a recuperarse y a adaptarse al nuevo estado.




SENTIMIENTOS DE CULPA

Tras la muerte  de un ser querido es frecuente que tengamos sentimientos de culpa. Siempre pensamos  cosas como “debía haber estado más con…”, “debía haber hablado más con…”, “debería haber hecho esto  o lo otro”, en definitiva: “debería/podría haber hecho  más”.

Los sentimientos  de culpa, como todos los  sentimientos  y pensamientos, nos hacen comportarnos de una manera determinada. En concreto, estos sentimientos nos hacen seguir anclados en el pasado y nos llevan al autocastigo y la autocompasión. Además no nos dejan avanzar ni adaptarnos a la  nueva situación.

Estos pensamientos  son normales pero no debemos dejar que se apoderen de nosotros. Siempre se puede “hacer más”, pero hagamos lo que hagamos esta frase va a seguir siendo cierta, es decir que por mucho que hagamos por cualquier  persona siempre nos podemos decir “podría haber hecho más”. De la misma manera, también es  cierta la frase “podría haber hecho menos”, sin embargo esta frase no nos la decimos.

Debemos saber que lo que hicimos por esa persona en vida estuvo bien, que estuvimos con el/ella y actuamos con amor, con nuestros aciertos y nuestros errores (como es normal).  Nadie es  perfecto, y en cualquier convivencia se comenten errores, se discute… no  debemos  dejar que nuestros pensamientos y recuerdos se centren en los malos momentos, debemos intentar acordarnos de los buenos momentos, de los recuerdos agradables. Recordar a la persona que se ha ido en momentos bonitos de la vida y con imágenes felices.  Esto nos  hará sentirnos mejor.

Muchas veces necesitamos que nos perdonen, que la persona fallecida nos perdone por cosas que hicimos o no hicimos. La  verdad es que en estos momentos nos estamos autocastigando. El único perdón que  necesitamos  es el nuestro. Tenemos que perdonarnos a nosotros mismos si de verdad pensamos que hay algo concreto por lo que pedir perdón. Al mismo tiempo debemos ser más objetivos y no recordar solo lo negativo. Es bueno que hagamos una lista de todas las  cosas buenas que  hicimos por la persona que perdimos.

. Solemos actuar como mejor sabemos o podemos en cada momento. Perdónate, es necesario para que puedas superar el duelo.



RECUPERACIÓN Y ADAPTACIÓN

Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo.

Cuídate a ti  mismo

- Haz ejercicio, el ejercicio te ayudará a sentirte mejor. Aunque no te apetezca debes esforzarte por hacer  un poco de ejercicio diario. En nuestro sistema endocrino encontramos la sustancia llamada Serotonina, el hacer ejercicio físico, aunque sean 20 minutos diarios, hace que nuestro organismo genere ésta sustancia que ayuda a no tener depresión, mantengamos el nivel de serotonina necesario en nuestro organismo.

- Habla con alguien de confianza. Siempre que puedas habla de tus  sentimientos y de la  persona fallecida/perdida. Expresa  tus sentimientos y tus emociones. Si  no tienes nadie con quien te apetezca hablar, busca grupos de  ayuda, es más fácil hablar  cuando estas  en un grupo de personas con problemas parecidos, ya que sentirás comprensión. Estos grupos suelen ser  de  ayuda, sobre todo en la primera etapa.

Aliméntate de forma correcta. Aunque no te apetezca tu cuerpo  necesita alimentarse correctamente.

Duerme, el descanso es  fundamental. Si no duermes es más fácil que tus  pensamientos negativos se  apoderen de ti.

Realiza actividades, debes involucrarte  en alguna actividad que te guste  y te distraiga. Si no se  te ocurre  nada, puedes ir a tu ayuntamiento y preguntar que tipo  de  actividades tienen para que te den una idea. Realizar algún hobby, apuntarte a algún curso o trabajo de voluntariado….

Modificar  los  pensamientos negativos. Muchas veces  pensamos que no debemos recuperarnos, nos sentimos culpables si nos divertimos o nos sentimos bien, como si estuviésemos traicionando a la persona perdida. Estos pensamientos son impedimentos que nos ponemos a nosotros mismos a la hora de  recuperarnos. Debes saber que esto solo ocurre en tu cabeza y que no traicionas a nadie si te sientes bien.  Recuperarte y sentir menos dolor no significa olvidar a  la persona querida. Ella siempre estará en tu corazón y esto es lo que importa.
Debes tener visualizaciones de  ti mismo como una persona capaz de recuperar tu vida, capaz de superar el dolor y capaz de seguir disfrutando de la vida sin olvidar a la persona querida.
Si piensas que nunca lograrás recuperarte, esto te  impedirá hacerlo, debes decirte  a ti mismo que puedes hacerlo. Al principio el dolor es muy grande, pero poco a poco este dolor se va difuminando.
Para conseguir adaptarte a tu nueva situación debes tener ganas de hacerlo. La voluntad te dará fuerzas.

 Autenticidad. Debes ser  quien eres y no pensar en lo que pensarán los demás. Tu sabes el dolor que sientes y cuanto echas de menos a la persona perdida.
 Si te apetece llevar luto llévalo, pero que sea porque así lo  sientes, no por lo que pensarán los demás. Si sientes tristeza  o no tienes ganas de salir, no lo hagas, pero que no sea por  lo que pensarán los demás.
 No tienes que demostrar nada a nadie. Recupérate cuando puedas,  sal con tus amigos, realiza actividades, haz lo que tu mente y tu espíritu te pidan. Tu sabes cuáles son tus sentimientos y tus principios, actúa según ellos y siéntete orgulloso/a de ti mismo y de tu fuerza interior.
No intentes hacer lo que los demás esperan de ti.  Tampoco debes compararte con nadie,  ya que cada persona debe actuar según sus propios criterios  y principios.

Seguir adelante y aliviar el dolor no significa olvidarse de la persona perdida. Volver a disfrutar de la vida no significa olvidar a esa persona, ni traicionarla. Con el tiempo,  gracias a tus acciones, al apoyo de tus seres  queridos y tus ganas de adaptarte, superarás la pérdida.
Tómate tu tiempo, lucha contra los sentimientos  de culpa, perdónate a ti mismo, ten  ganas de recuperarte y poco a poco ve realizando acciones para salir adelante.


¡Feliz semana!


lunes, 10 de septiembre de 2012

Adaptarse




“Adaptarse o morir”, eso es lo que se dice, y este proverbio tiene mucha razón de ser.

En nuestra vida y en nuestro entorno ocurren cambios constantemente, nosotros debemos adaptarnos a esos cambios porque,  de lo contrario, sufriremos esa falta de adaptación. La adaptación debe ser de todo tipo, tanto física como mental. Voy a poneros un ejemplo muy simple,  si en invierno nos seguimos vistiendo como si fuese verano nos arriesgamos a coger una pulmonía y pasaremos frío.

Es necesario adaptarse continuamente a nuestro entorno, al tiempo,  a las personas que nos rodean, a los cambios de sentimientos, a las pérdidas…

 

Algunos ejemplos

 Una persona que es ascendida en el trabajo, se siente nerviosa y no logra realizar bien su nuevo trabajo, no se concentra, no duerme bien… al cabo de un tiempo está a punto de una depresión nerviosa. Esta persona no se ha conseguido adaptar y está sufriendo mucho, esto le puede llevar a padecer enfermedades tanto psicosomáticas como mentales.

Otra persona debe cambiar su ciudad de residencia, cuando llega a la otra ciudad no conoce a nadie, se queda en casa y no hace nada por conocer gente nueva, siente miedo y se siente sola, cada día que pasa se siente más sola y añora su ciudad y barrio anterior. Al cabo de un tiempo esta persona tiene una depresión y no se atreve a salir de casa.

Otra persona ha perdido un ser querido, y después de un período lógico de tristeza,  esta persona se aferra a esta tristeza y sigue haciendo las mismas cosas que antes. No hace nada por  adaptarse a la nueva situación y por mejorar sus sentimientos.

Estas personas sufren mucho y es muy posible que padezcan enfermedades psicosomáticas y que tengan trastornos mentales de algún tipo. Y todo porque no consiguen adaptarse a los cambios de sus  vidas.


Si tenéis problemas de adaptación debéis intentar solucionarlos, no os escondáis en vuestro miedo ya que esto no va a hacer más que agravar la situación. Podéis apuntar las situaciones concretas , las personas o los sitios que os crean una especial dificultad de adaptación y el porqué creéis que os pasa esto. Con esta información tendréis un punto de partida para actuar.


Adaptarse es sentirse a la altura de las circunstancias.

El mundo actual es muy superficial y ocurren las cosas muy deprisa. Por eso es muy difícil adaptarse,  tenemos que tener las ideas claras  de lo que queremos, de lo que nos importa y de lo que nos gustaría conseguir. Si  intentamos estar continuamente a la última de todo lo que nos impone la sociedad, esto nos hará estar continuamente en tensión y nos causará enfermedades de adaptación.

Nuestra sociedad va muy deprisa, las enfermedades de nuestra época son enfermedades de adaptación: crisis cardíacas, úlceras de estómago, depresiones nerviosas…

Todas las personas sufrimos en algún momento problemas de adaptación de una manera u otra.

Cuando no nos adaptamos a algo es porque tenemos un sentimiento de inferioridad , este sentimiento puede ser debido a cualquier cambio en nuestra vida. Sentimos que nos falta algo, que no estamos a la altura, que no tenemos suficientes conocimientos, que no somos suficientemente válidos… Este sentimiento puede durar unos minutos, unas horas, unos días o toda la vida. Depende de cómo respondamos a ellos.
Podemos sentirnos inferiores porque nos creamos menos inteligentes, sin posibilidad de amigos, menos capaces, menos guapos…

Para adaptarse hay que enfrentarse a las circunstancias, hay que ponerse en movimiento y no quedarnos quietos. Detectar las situaciones, personas o circunstancias que nos provocan incomodidad e intentar enfrentarnos a ellos.
 Si nos sentimos inferiores a alguien lo mejor es  intentar conocer a esa persona, hablar con ella, veremos que es una persona como cualquier otra y nos sentiremos más cercanos. Hay que intentar hacer cosas para conocer gente, salir de casa, realizar actividades para no estar encerrados y que nos hagan sentirnos más cómodos en nuestra nueva situación.

Si la falta de adaptación se debe a que sentimos que nos faltan conocimientos debemos ponernos en movimiento, intentar hacer nuestro trabajo, y si vemos que nos viene bien, podemos aumentar nuestros conocimientos con algún cursillo especializado.

Lo importante es no dejar que las dificultades de adaptación y los sentimientos de inferioridad nos dejen paralizados.

 

 

Adaptarse a uno mismo.

Una adaptación muy importante y fundamental es la adaptación a uno mismo.  Debemos  saber quiénes somos y debemos querernos y  aceptarnos tal y como somos, con nuestra edad, estatura, peso, nivel de formación, personalidad y sentimientos.  Aceptarnos como somos no significa que no podamos cambiar y mejorar, es más, para mejorar  siempre hay que ser conscientes de cómo somos y de esta manera sabremos cómo podemos avanzar.

Para adaptarnos a nosotros mismos, para querernos y sentirnos orgullosos de nosotros mismos, debemos vernos como algo más que el aspecto físico. El físico es una parte, pero no es la única y mucho menos es la más importante. Lo más importante es lo que tenemos dentro, lo más importante es nuestro “tesoro interior”. Debemos saber como somos, cuáles son nuestros gustos,  nuestros sentimientos, si somos o no capaces de amar, de sentir empatía, si  tenemos intereses por cosas importantes. Y, sobre todo debemos saber cuáles son nuestros principios básicos y no renunciar a ellos.

Si no nos adaptamos a nosotros mismos, si no nos aceptamos y nos queremos, si no vamos por la vida con la cabeza alta y sabiendo que nos queremos y nos aceptamos, entonces es muy difícil que nos adaptemos al resto de las cosas, al mundo que nos rodea.

La adaptación a uno mismo es especial por su importancia, dedicaré un artículo solo a este apartado.

 
Pérdida de seres queridos

Hay situaciones especiales que requieren adaptaciones también especiales y que son más difíciles. Estas son las adaptaciones a pérdidas de seres queridos. La adaptación a estas situaciones dependerá en gran parte de la adaptación a uno mismo, y de la reacción y las acciones que se realicen para modificar los hábitos.
Estas son situaciones muy especiales  y dedicaré un artículo a estos casos.

 

Espero que tengáis  una buena adaptación a la vuelta de vacaciones y a la venida del otoño.

Feliz semana a tod@s




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