lunes, 19 de noviembre de 2012

Relajación






 

Conseguir relajarse es muy importante para poder superar el día a día, para evitar problemas de estrés y ansiedad, para vivir más plenamente.
Relajarse es algo que se aprende. En la sociedad de hoy nos vemos tan hostigados por las circunstancias, las prisas, la cantidad de cosas que tenemos que hacer al día… que ya no tenemos tiempo ni de pensar en relajarnos de verdad.

Sabemos que ejercemos un control sobre nuestro cuerpo. Si pretendemos influir sobre nuestro interior, sobre lo psíquico y sobre lo espiritual, hemos de pasar por todo el cuerpo (por los músculos, por la respiración, por las sensaciones de todas las partes de nuestro cuerpo).
Una cierta tensión es siempre necesaria para realizar cualquier  trabajo. La necesitamos para poner en marcha nuestras energías y lanzarnos hacia el objetivo que nos hemos señalado. Sin esa tensión, no seríamos capaces de hacer nada importante en la vida. Pero hay una tensión que si debemos eliminar, y es la tensión negativa, la que se queda después de la tensión necesaria.
Por ejemplo, necesito estar en tensión para dar una clase, para realizar mi trabajo (esto es una tensión necesaria).  Después de haber realizado mi trabajo, me pongo a pasar revista a lo que hubiera tenido que hacer, a lo que hubiera podido hacer y no hice, entonces permanezco en unan tensión inútil y malgasto mis energías (esto es una tensión que hay que eliminar). Despilfarro también mi energía cuando me paso el día entero preparando en sus mínimos detalles todo lo que he de hacer al día siguiente.
Para evitar estas situaciones o para poder pararlas es muy importante la relajación. La relajación nos ayuda a no malgastar energía innecesaria, y además a acumular la energía para emplearme a fondo en las cosas importantes que la requieren.

Por desgracia, la mayor parte de las personas alcanzan una tensión media cuando trabajan, y una relajación también media cuando intentan descansar. No  consiguen centrarse  con un nivel óptimo en el trabajo y los resultados se resienten. Y cuando intentan relajarse y descansar tampoco consiguen relajarse lo suficiente y el descanso no es reparador. Esto suele llevar a distintos problemas como la tensión nerviosa, sobrecara, ansiedad, neurosis, estrés, y depresión nerviosa.


En nuestra vida pasamos continuamente por distintas fases:
 - la vida activa en la que el cuerpo y la mente están activos y trabajando.
 - El descanso, durante el mismo los músculos y la mente van más despacio.
 - El sueño, la mente entra en fases de descanso  más profundo (dentro del sueño existen distintas fases dependiendo del nivel de consciencia, estas fases  se miden según las ondas encefalográficas que emite el cerebro).


Estas fases son necesarias para mantener un buen ritmo en nuestro cuerpo y nuestra mente. En muchas  personas estas  fases no están diferenciadas y lo que  hay es un circulo que pasa continuamente por las diferentes fases pero sin estar plenamente en ninguna. (el descanso no es reparador, el sueño no es  lo suficientemente profundo, la actividad no está del todo alcanzada…) En las fases de descanso y sueño los músculos no están suficientemente relajados.  En el sueño aparecen tensiones y sueños obsesivos y nos levantamos cansados.
La relajación nos ayuda a lograr tener fases de descanso y sueño verdaderamente reparadoras. Esto  lo iremos aprendiendo poco a poco ya que la relajación no es un simple ejercicio sino que se alcanza cuando somos capaces de visualizarnos y de vernos a nosotros mismos con un cuerpo y una mente despejados.

Hay muchísimas causas que pueden provocar tensión nerviosa, sobre todo en nuestra actual sociedad y con nuestra manera de vivir, siempre vamos con prisas, siempre tenemos cosas que hacer, nos sentimos continuamente apremiados a hacer o comprar cosas nuevas… Podemos tener una inquietud latente por cualquier incertidumbre como por ejemplo sobre el porvenir, podemos tener inquietud por la situación actual del mundo, por las guerras, por las crisis… También estamos expuestos a continuas agresiones sensoriales, imágenes, publicidad, ruidos incesantes de la ciudad… Estamos expuestos día tras día a muchas tensiones , y a veces no nos damos cuenta pero esto se va acumulando en nuestro organismo y nuestra mente.

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LA RELAJACIÓN 

La relajación nos sirve para liberar nuestra mente de este estrés, para hacer un parón y recargar energía, para conseguir tener períodos de descanso y de sueño realmente reparadores. Nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan descansar, si no conseguimos hacerlo bien esto repercutirá en nosotros, tanto a nivel físico como mental y podemos llegar a tener problemas de salud de todo tipo ( problemas de nervios, depresiones, cansancio físico, problemas gastrointestinales, problemas circulatorios, arrítmias…)

Existen muchos tipos de relajación y todos ellos pueden ser útiles. Lo que hay que saber es que la relajación no se consigue fácilmente y que hay que practicar asiduamente para, poco a poco, ir alcanzando mayor grado de relajación y con menor dificultad.

Un método de relajación relativamente fácil consiste en la “respiración diafragmática” o “respiración en cuatro tiempos”.  Este método nos enseña a respirar de una manera que hace que nos relajemos. Es un método que se utiliza para alcanzar una relajación rápida, aunque no nos lleva a una relajación profunda. También sirve como primer paso para pasar a otros niveles de relajación más profundos y  que requieren un proceso un poco más largo.
Este método pone a trabajar a todo el sistema respiratorio y hace que alcancemos la capacidad torácica máxima.
Resumo los pasos para ese método:
  - Primer paso: Respira pausada y profundamente por la nariz y acumula el aire en el abdomen
 - Segundo paso:  Con el abdomen lleno de aire, haz subir el aire hacia los pulmones de manera que queden llenos.
 - Tercer paso: retén el aire en esta posición durante 3 segundos
 - Cuarto paso: expira por la boca muy lentamente

Este ejercicio de respiración debes realizarlo varias veces seguidas, y cuando lo hagas debes concentrarte en el aire que entra y sale de tu cuerpo, intentando no pensar en nada más, solo siendo consciente de cómo el aire entra y sale.
Con la práctica verás que este sencillo ejercicio lo puedes realizar en cualquier parte, aunque al principio es mejor realizarlo en un sitio tranquilo y sin interrupciones.

Como he dicho esta es una técnica de relajación fácil y que puede servir como un primer paso para poder acceder a otro tipo de ejercicios que nos pueden hacer sentir en un estado de relajación más profundo.

Otras técnicas de relajación son por ejemplo  la “relajación progresiva” , “relajación progresiva con  ondas inductoras de ALFA”,  “hipnosis”, “autohipnosis”,  “meditación”, “visualización de imágenes relajantes”.

Si tenéis oportunidad de realizar cualquiera de estos  métodos os aconsejo no dejar de hacerlo de manera regular. Viréis que  cuanto más practiqueis, más fácil y rápido os resultará llegar a conseguir la relajación. También notareis como sois más fuertes tanto anímica como físicamente.

La relajación la podéis utilizar como arma para superar y para enfrentaros a situaciones estresantes de vuestra vida o para mejorar el sueño y el descanso.




Hasta el próximo post. Felices días para tod@s!

Mer Muñoz


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